Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Macabeos 7, 37-42

37 Yo, como mis hermanos, entrego mi cuerpo y mi vida por las leyes
de mis padres, invocando a Dios para que pronto se muestre propicio con
nuestra nación, y que tú con pruebas y azotes llegues a confesar que él es el
único Dios.

38 Que en mí y en mis hermanos se detenga la cólera del
Todopoderoso justamente descargada sobre toda nuestra raza.»

39 El rey, fuera de sí, se ensañó con éste con mayor crueldad que con
los demás, por resultarle amargo el sarcasmo.

40 También éste tuvo un limpio tránsito, con entera confianza en el
Señor.

41 Por último, después de los hijos murió la madre.


42 Sea esto bastante para tener noticia de los banquetes sacrificiales y
de las crueldades sin medida.